Madrid es una metrópolis de amplio reconocimiento internacional. Por sus calles podemos encontrar rincones increíbles de gran interés turístico, cultural e histórico.
Por lo tanto, Madrid es un enclave perfecto como destino de los viajes de fin de curso. Concretamente en el centro de Madrid existen numerosos monumentos y lugares emblemáticos que no deben pasarse por alto en ninguna visita. Por ejemplo, la Puerta del Sol. Icono nacional por excelencia, cada nochevieja se convierte en el punto de reunión de miles de personas para celebrar la llegada del nuevo año. En ella se encuentran puntos de interés como la escultura de El Oso y el Madroño o el Kilómetro Cero desde el cual se miden todas las distancias de España.
Tampoco puede pasarse por alto la Plaza Mayor, otra visita obligada que además está al lado de la Puerta del Sol. Esta plaza es una de las más antiguas de España, construida entre los siglos XVI y XVII por Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora. Un emplazamiento perfecto para disfrutar de un típico bocadillo de calamares y una cerveza en uno de los muchos bares típicos que circundan la plaza.
Situado en pleno centro histórico de Madrid, el Restaurante Kruger ofrece una amplia y variada carta de platos de la cocina alemana maridados con la mejor cerveza de importación, amén de especialidades típicas españolas. El Restaurante Kruger cuenta con menús para grupos que ofrecen comida de calidad a precios muy atractivos y que son ideales para compartir con familia y amigos.
Todas las grandes ciudades cuentan con una avenida principal, testigo de sus encuentros culturales y acontecimientos históricos más importantes. La Gran Vía es un lugar emblemático donde se encuentran los cines y los teatros más importantes de la ciudad. Es un lugar ideal para salir de fiesta ya que esta calle nunca duerme.
Para ir en un plan más tranquilo, El Retiro es uno de los parques más importantes y conocidos de Madrid. Antiguamente lugar de recreo de las clases altas, en el siglo XIX se abrió al público y ahora es un punto de encuentro de familias y gente de todas las edades para disfrutar de un entorno natural en el corazón de Madrid. Su lago artificial es ideal para darse un tranquilo y apacible paseo en barca.
Como parte del viaje cultural, el Museo del Prado es una visita imprescindible. Entre su amplia colección se encuentran obras de la pintura española, italiana, flamenca, francesa, británica, holanesa, alemana y otras escuelas. Allí se pueden contemplar cuadros tan impresionantes como Las Meninas de Velázquez o el tríptico de El Jardín de las Delicias de El Bosco entre muchas otras pinturas de gran importancia a nivel internacional.
Para los más alternativos, El Rastro es una opción muy interesante. Se trata de un gran mercado al aire libre que se celebra los domingos y festivos en el barrio histórico de la Latina. Un punto de encuentro entre la tradición y la modernidad donde pueden encontrarse auténticas antiguallas de gran valor.
Entre los monumentos y emplazamientos culturales de Madrid que no deben pasarse por alto se encuentran la Puerta de Alcalá, construida por Francisco Sabatini durante el reinado de Carlos III, la Plaza de Cibeles, lugar escogido por el Real Madrid y la Selección para celebrar sus victorias, el Palacio Real, la Plaza de España o la Catedral de la Almudena.